MONSTRUOS


MONSTRUOS



Los monstruos existen, por mucho que no queramos verlos. Están ahí y no son un cuento infantil para reprimir a niños y obligarlos a irse a la cama con presagio de pesadilla segura. Los monstruos existen, viven entre nosotros y, de vez en cuando, se dejan ver y atrapar, tras producir daño, mucho daño.

No temo a los fantasmas lo siento por los especialistas que dedican sus esfuerzos a este tipo de sucesos no creo en ellos ni en fenómenos paranormales pero sí tengo miedo y muchoa los vivos, a que a algún tarado le dé por convertirme en objeto de su deseo, obsesión, su objetivo…

Hoy la indignación nos desborda a todos otra vezy la sociedad coherente repudia la actitud de uno de esos monstruos con los que convivimos. Otra vez una mujer, otra vez una chica que se va antes de lo debido solo porque uno de esos monstruos tenía otros planes para ella diferentes a los que ella había proyectado. Me duele lo sucedido, podría haber sido yo, porque soy mujer, porque salgo a hacer deporte, porque me desplazo al trabajo, porque entro y salgo, porque respiro… y soy vulnerable más de lo que lo es un hombreporque así lo demuestran muchos años de mensajes enviados para asegurar que he llegado a casa, porque son años de mirar sobre mi hombro, de buscar la calle más iluminada y concurrida, de evitar otras, ciertas horas… ¡qué harta estoy! De luchar por aquello con lo que un hombre nace por el hecho de serlo, de declararme feminista y que me miren mal, de tener que demostrar lo que a un hombre ni se le insinuaría, de ser prudente, de tener inevitablemente miedo.

Hoy una vez más los hechos tambalean mis cimientos ya de por sí torcidos, y mis ideales vuelven a caer por la borda de la balsa en la que se mantienen desde hace unos años, en el abismo. Ya no lucho contra aquello que desde adolescente me resultó aberrante. No creo en la reinserción y la violencia que siempre genera violencia, saca lo peor de mí porque quiero justicia y eso en parte implica cierta venganza la perdición y si yo estoy así, ¿cómo estarán los más cercanos a la última asesinada? ¿Cómo puede mantener la serenidad nuestra sociedad? ¿Creyendo en el sistema? Lo siento, no puedo…

Los mensajes de repudio en las redes brotan como una cascada, como el vomito de una sociedad que está superada, porque todos tenemos hijas, hermanas, esposas y nadie está libre de ser presa de uno de esos monstruos que si se cruzan contigo hacen que todo cambie.

Desde niñas se nos dice lo que debemos hacer para protegernos porque somos mujeres pero está en las manos de los que educan enseñar a sus hijos lo que no deben hacer sin objeción bajo ningún concepto porque son hombres.

La maldad existe, por sí misma, sin otra explicación y no hay que confundirla con la locura. Por mucho que nos guste buscar el porqué de ciertas conductas, la maldad existe por sí sola, y los monstruos también la psicopatía es una realidad, abunda, no se conocen sus causas y no tiene tratamientohaciendo daño, a diario. No quiero enseñar a mi hija a protegerse, a que sea prudente con lo que dice, con lo que hace, con lo que se pone, con cómo se expresa y siente quiero un futuro en igualdad para ella, para todas, libre, libre para decidir, para planear su futuro sin pensar en su género y lo diferente que será su realidad por el hecho de ser mujer.

Libre y sin miedo.



©Sonia Gonzálvez
Diciembre 2018




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